miércoles, 14 de diciembre de 2016

Desmontando mitos: emprender sin préstamos


Una de las premisas que llevan a gala muchos emprendedores es la de "inicio mi proyecto sin pedir ningún préstamo"
 
Este será el primer error, y para entenderlo plantearé uno de los casos que conozco de primera mano,  proyectos que han nacido "torcidos" por este mito. 
 
El emprendedor cuenta con algunos ahorros y a veces con la capitalización del paro, por tanto decide invertirlo sin pedir financiación (todo un lujo según piensa él). Decide montar un negocio, por ejemplo, de venta de móviles en un local alquilado, para eliminar riesgos y grandes inversiones.

Hace la reforma o adecuación de local, compra el mobiliario necesario, paga el alquiler, contrata suministros y seguros, realiza una modesta campaña de publicidad y  fija la fecha de inicio del negocio.  Ha gastado mas de lo que preveía, porque siempre salen imprevistos, pero el dinero ha sido suficiente para pagar todo y se siente satisfecho.
 
 
Ahora solo le queda disfrutar de la inauguración y empezar a ganar dinero.
En la primera compra de equipos previa a la apertura, encuentra un escollo, y es que el proveedor no la financia al completo, bien porque no tiene ninguna garantía de cobro o bien porque se excede del límite acordado.
Se ha quedado sin dinero, sin capacidad de cubrir aquellas necesidades a corto plazo, como la compra de mercancía para vender a sus clientes, al menos de toda la que desea exponer a la venta para garantizar un buen arranque del proyecto.
 
¿Qué hacemos? ¿Pedir un préstamo urgente? Pero, sin dinero, sin recursos y sin actividad ¿Alguien va a confiar en él?
 
El único error ha sido NO realizar un plan de viabilidad, comprobando no solo el beneficio y la rentabilidad, sino también las necesidades de tesorería. De este modo habría detectado la tensión inicial de tesorería, la necesidad de contar con ese fondo de dinero para hacer frente a las compras de mercancías o gastos mas inmediatos.
 
¿Por qué decidió NO pedir un préstamo? ¿por qué partió de una premisa equivocada? De haber solicitado una financiación inicial del mobiliario o de la adecuación del local, al inicio, cuando presentaba una situación de solvencia y era una garantía para la entidad o persona prestataria, no estaría ahora abocado a posponer el inicio del negocio y quien sabe si ha cerrar antes de iniciar el proyecto. 
El plan de viabilidad revela de forma inequívoca las necesidades iniciales, y desde luego también las posteriores, de modo que contemos con un amortiguador para evitar que las tensiones de tesorería se transformen en impagos futuros, retirada de confianza de terceros y quiebra.
 
Consejo: Haz las previsiones utilizando un plan de viabilidad profesional y riguroso y evitarás dolores de cabeza
 
 
 

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