lunes, 26 de mayo de 2014

¿Mi empresa es solvente?



Una de la principales preocupaciones de una empresa es tener capacidad de generar fondos para atender, en las condiciones pactadas, los compromisos adquiridos con terceros, es decir poder pagar las deudas contraídas. Esta capacidad se denomina solvencia 
 
La solvencia o garantía, por tanto, indica la capacidad de una empresa para hacer frente a las deudas
 
No hay que confundir la solvencia con la liquidez, pues esta última se limita a la capacidad de la entidad de obtener recursos líquidos (dinero) a través de su explotación, mientras que la solvencia se puede conseguir con recursos líquidos y no líquidos, siempre que supongan un apoyo adecuado para liquidar, es decir pagar las deudas. 
 
¿Dónde encontramos los recursos con los que cuenta una empresa para pagar sus deudas? Los encontramos en el Activo, en el total de las 2 secciones que lo componen: Activo No Corriente y Activo Corriente
 
Dentro del Activo No Corrientes tendremos como principales partidas:
  • Inmovilizado inmaterial intangible: patentes, marcas, programas informáticos, etc.
  • Inmovilizado material o tangible: maquinaria, vehículos, equipos, terrenos, instalaciones, (todo en propiedad, no en alquiler)
  • Inversiones financieras: inmovilizado que compramos para venderlo posteriormente y obtener un beneficio (no para realizar una actividad productiva)
  • Activos por impuesto diferido: pérdidas obtenidas y que tenemos derecho a “descontarlas” de los beneficios que previsiblemente tengamos en el futuro.
Dentro del Activo Corriente :
  • Existencias, que son las mercancías, materias primas, productos terminados, etc.
  • Clientes y otros deudores: aquí encontramos las facturas y pagarés de clientes a falta de cobrar, deudas a nuestro favor de las AAPP y otros
  • Cuentas financieras y Tesorería: dinero prestado transitoriamente a socios (u otros deudores) y cuentas de banco y caja
El ratio que mide la capacidad de la empresa para atender los pagos comprometidos con terceros (la capacidad de hacer frente a todas sus deudas con la realización de todos sus activos), es en consecuencia, el ratio de solvencia
Veamos como se calcula:
Del balance de situación nos quedaremos con el activo y con el pasivo (no nos interesa para este ratio el patrimonio neto, que son recursos a disposición de la empresa,   a diferencia del pasivo, que lo constituyen recursos que si tenemos obligación reintegrarlos a terceros)



El ratio de solvencia se obtiene dividiendo el activo entre el pasivo,  debiendo mostrar un resultado superior a la unidad.
Hay que indicar que solo se tienen en cuenta los activos reales, es decir excluimos los activos ficticios, aquellos que  en caso de liquidación de la empresa,  tendrían un valor de realización nulo, como por ejemplo, los activos por impuesto diferido.
 
El significado será el porcentaje de bienes y derechos (activo) que tiene la empresa, respecto de la deuda a devolver (pasivo)

Interpretación de este ratio: En caso de ser menor  que 1, significa que la empresa no puede hacer frente a sus compromisos de pago, de ahí que también se conozca como ratio de “distancia a la quiebra”.
Cuanto mas elevado sea el resultado, mayor será el grado de seguridad que disfruten los acreedores de la compañía. 
 
Algunas referencias hablan de que una medida adecuada de este ratio se da cuando alcanza un valor entre 1,5 y 2, pero de la misma forma que otros ratios, deberemos valorar los diversos factores que inciden sobre ellos. En primer lugar, la fase de desarrollo en la que se encuentre la empresa, de tal modo que, no se debe interpretar igual el ratio de solvencia que presente una empresa de reciente creación que el de una compañía que esté en fase de maduración. También se tienen que tener en cuenta tanto el sector en el que se encuentre la compañía como los ratios de los competidores inmediatos 


Clara I. Vega
www.temporaconsultores.com