domingo, 12 de octubre de 2014

Tu proyecto ¿es posible, rentable y también conveniente?


La madurez de un proyecto irá en función de la información y datos  que sobre él tengamos, esto nos eliminará incertidumbre, que es uno de los riesgos mas importantes.
Sin duda  uno de los últimos pasos será la cuantificación del proyecto, o dicho de otra manera, la elaboración de un Plan de viabilidad que permita realizar un exhaustivo estudio de todas las variables que pueden influir en el desarrollo de la actividad, aportando información necesaria para determinar con certeza la viabilidad del proyecto. 
 
Una vez obtenidos los resultados, con las modificaciones necesarias de modo que optimicemos nuestros recursos,  se analizarán los indicadores y como consecuencia será el momento definitivo en el que se determinará la viabilidad o no,  del proyecto.
 
En este punto y siempre desde el ámbito económico financieros,  tenemos que distinguir entre:
  1. Proyecto posible
  2. Proyecto rentable
  3. Proyecto conveniente
 
 
1.-Proyecto posible

Esto es,  tenemos recursos suficientes para llevar a cabo la explotación del proyecto, y por tanto se puede iniciar y mantener en el tiempo, estamos ante un proyecto posible. Pero ¿esto debería ser suficiente? No, no lo es. Detrás de todo proyecto siempre debe existir un objetivo de beneficio.
 
2.- Proyecto rentable
 
El proyecto como decimos, no solo debe cubrir todas las obligaciones que genera, o lo que es lo mismo, pagar todos sus costes, sino que además debe ofrecer un beneficio, un enriquecimiento,  un aumento de activo y del patrimonio.
Es necesario que un proyecto ofrezca una compensación, que cuente con  el llamado ánimo de lucro que lleva implícito cualquier tipo de actividad empresarial. Si esto es así, si obtenemos un beneficio, diremos entonces que el proyecto es rentable.
 
3.- Proyecto conveniente

Considerando lo anterior, el beneficio previsible que obtendremos, se debe expresar en relación a los recursos necesarios para generarlo, es decir, la rentabilidad económica, o  expresarlo en relación a los fondos que los socios dejan a disposición del proyecto, término conocido como rentabilidad financiera. En este caso diremos que es conveniente si la rentabilidad que va a generar, supera la rentabilidad exigida, y no será conveniente si dicha rentabilidad está por debajo de la que previamente le pedimos al proyecto.

Para poder exigir una rentabilidad acorde a nuestro proyecto, debemos tener claros los conceptos como Tasa de financiamiento o Coste del dinero, tasa  de reinversión ó Rentabilidad del dinero, Coste de oportunidad, Prima de riesgo...
 
 
 
Conocido esto, la Rentabilidad exigida  la obtendremos del resultado de sumar a  la rentabilidad del dinero sin riesgo,  una prima de riesgo. Por ejemplo, si  el tipo de interés que nos ofrece  un banco sin riesgo es del 0,8% y la prima requerida  por el riesgo asumido es del 11%, la rentabilidad exigida será por consiguiente del 11,8%.
 
Si la rentabilidad esperada de nuestro proyecto es inferior a la exigida, seria recomendable posponer el proyecto o dirigir nuestros esfuerzos hacia otro diferente.



Clara I. Vega Caballero
www.temporaconsultores.com