miércoles, 30 de junio de 2010

Todo, todo, todo, sobre el nuevo IVA


El siguiente artículo es una recopilación de varias páginas web y blogs, con artículos que se complementan entre sí para dar una visión global y total de todo lo que hay que saber sobre la subida del IVA que se produce a partir del 1 de Julio de 2010.


Cuestiones normativas, legales, fiscales del nuevo IVA:

El 1 de julio, nos suben el IVA a todos. De esta forma, los tipos del Impuesto sobre el Valor Añadido vigentes hasta ahora (7 y 16%) pasarán a ser, respectivamente, del 8 y 18%. El tipo super reducido se mantienen en el 4 %.

Y es probable que andemos con una buena cantidad de preguntas sobre compras que hagamos ahora y que vayamos a pagar después... ¿no se te había ocurrido?.

Bueno, pues aprovechando un documento que han enviado desde el REAF te comento algunas situaciones que se pueden dar estos días y cómo se resuelven:

- Si entregas una mercancía en este mes de junio y la factura se emite a partir del 2 de julio (este día incluido) el IVA será el de la fecha de entrega (en este caso el el 7 o el 16 %).

- En ventas que supongan la transmisión de un bien (ya sea con pacto de reserva de dominio o condición suspensiva, o mediante contrato de arrendamiento venta) el IVA será el vigente en la fecha de puesta a disposición del bien.

- Si habiendo entregado mercancía y factura antes del cambio de IVA hay que rectificar la factura (por error o por defectos de la mercancía) después del cambio, se mantiene el IVA de la factura rectificada.

- Si a final de 2010 se aplica un descuento por volumen de operaciones realizadas en todo este año, la factura rectificativa tendrá que aplicar proporcionalmente los distintos IVA según las operaciones realizadas cada mitad del año

- Para pagos anticipados, el IVA que se aplica es el correspondiente al momento en que se va realizando realmente el pago. De manera que el IVA será el vigente en el momento del pago. Y si haces un pago anticipado fraccionado, el IVA también es el que corresponda en cada momento para cada pago.

- Para alquileres, suministros y en general "operaciones de tracto sucesivo o continuado", o sea, cuando pagas cada dos o tres meses, depende del contrato. Por ejemplo, pago junto los meses de junio y julio; pues si el contrato dice que se paga el 1 de Junio, el IVA de los dos meses será el pequeño, pero si el contrato dice que se paga al final del periodo, el IVA será el grande.

- Para ejecuciones de obras pagadas con certificaciones, si se certifica sin entrega de obra, el IVA será el vigente cuando se pague la certificación (como en cualquier anticipo). Si la certificación se realiza entregando total o parcialmente la obra, se aplica el IVA vigente en la fecha de entrega de la misma, salvo abono anticipado.

- Contratación administrativa: En el caso de que el contrato esté pendiente de ejecución a partir del 1 de julio de este año, cuando el impuesto se devengue después de dicha fecha, el ente público habrá de abonar al contratista el precio cierto del contrato, resultante de restar a la propuesta el tipo impositivo vigente cuando se formuló, más el impuesto en vigor a fecha de devengo, aunque esto suponga una cantidad superior a la propuesta formulada. Este último caso no sé explicártelo más sencillo...

Fuente: http://blog.infoautonomos.com

¿Cómo afecta a los márgenes y el beneficio, la subida del IVA?

La inminente subida del IVA (entra en vigor el 1 de Julio de 2010), va a hacer que muchas de las empresas cuyo cliente sea el consumidor final, como por ejemplo es el caso de los comercios, bares y restaurantes, etc., se encuentren con la disyuntiva de subir o no los precios de sus artículos para repercutir el incremento del IVA que sus proveedores le han aplicado en la compra de la mercancía.

El problema es que, cuando un cliente va a comprar un par de zapatos a una tienda (mi origen ilicitano surge en cualquier momento, especialmente cuando he de poner ejemplos), dentro del precio no distingue entre base imponible e IVA... además, tampoco le importa. Para el consumidor, el precio es un una cantidad de dinero compacta y sin divisiones. ¿Cómo vamos a explicarle al cliente de un restaurante que el 30 de Junio un café vale 1,00 €, pero que al día siguiente valdrá 1,02 €? (además no sería aplicable una subida tan atípica, incomoda y sobre todo, tan incomprensible para el consumidor).

Entonces, ¿cómo afecta esto a las cuentas de la empresa?, ¿cómo ha de repercutir un empresario, por ejemplo, el incremento del 2% de IVA (del 16% al 18%) que sufre en las compras de productos o materias primas?

En principio hemos de decir que no afecta a todas las empresas de la misma forma, puesto que dependerá de su estructura de costes.

  • Si la mercancía, materia prima o el coste variable de la empresa, constituye una parte muy importante del precio del artículo que se vende (empresas con márgenes brutos pequeños), la empresa tendría que aplicar un porcentaje de incremento sobre el precio antiguo bastante elevado. Por ejemplo, si una empresa tiene fijado el PVP de unos pantalones en 100,00 €, siendo su precio de coste de 80 € y los costes generales aplicables, unos 10,00 €, ¡¡el comerciante debería incrementar el PVP de los pantalones hasta los 116,00 € (una subida del 16 %), para poder seguir manteniendo el mismo porcentaje de beneficio que antes de la subida del IVA, es decir un 10 % sobre el PVP!!
  • Si en la estructura de costes del producto que vende la empresa, la mercancía o materia prima representa una parte menos importante respecto del precio del producto (empresas con mucho margen bruto), la situación es distinta y, con los datos del ejemplo anterior, el incremento del PVP antiguo, sólo debería ser del 9,43 %para productos con precio de coste de 50,00 € (50% del precio de venta).

Así pues, si las empresas no aplican estos cálculos, sus beneficios respecto de las ventas, se verán seriamente reducidos, debido a que sus costes han aumentado al no poder repercutir en el cliente final el incremento del IVA de sus compras.

Fuente: El Blog de Témpora Consultores Analistas

¿Subir precios o no subirlos?

Los empresarios andan estos días revueltos a cuenta del IVA y de su inminente subida. Y con razón. Se enfrentan al dilema de si subir o no los precios. Tomar uno u otro camino se antoja una decisión complicada, sobre todo por el escenario económico en el que nos movemos. Si se opta por trasladar ese aumento impositivo al público, puede ocurrir que se resienta un consumo que ya, de por sí, ha languidecido en los últimos tiempos.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en enero las ventas del comercio minorista han descendido el 4,5%, cifra que en las pequeñas cadenas se sitúa en el 5,4%. La otra alternativa pasa por asumir el incremento, no mover los precios y así incentivar la demanda. Esto implica reducir un margen comercial que la gran mayoría de firmas ya ha estrechado debido a la crisis, hasta el punto que algunas ya no pueden tocarlo más. Conscientes de ello, los expertos que hemos consultado piensan que las compañías se verán obligadas a repercutir la subida (en su totalidad o en parte) al consumidor.

La recomendación de Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), muestra a las claras que es necesario hilar fino: “La receta consiste en buscar fórmulas de ahorro y de reducción de costes para, de este modo, trasladar al público la subida lo menos posible”.

Agilidad mental
No se puede dudar que poseer una estrategia bien definida y no regida por la inmediatez resulta de vital importancia. Eladi Ferrer, profesor del EAE y director de Comercio Internacional de Conserves Ferrer, alerta de lo contrario: “Los planes de fijación de precios estables sufrirán efectos cortoplacistas”.

Una realidad difícil, sí, pero que no nos debe paralizarte ni desviarte de la norma establecida. Martin Boehm, director del Bachelor in Business Administration de la IE University, ilustra tal filosofía con un ejemplo sencillo, pero tremendamente gráfico, relacionado con el 1 de julio. “En mi opinión, una estrategia equivocada es esperar a esa fecha para subir los precios. Quizás lo más inteligente seaincrementarlos poco a poco, pero desde ya mismo, pues a lo mejor la gente no está tan sensibilizada con el tema. Del mismo modo, también sería interesante esperar al otoño, cuando el público no focalice tanto su atención en el asunto”.

Fuente: "Emprendedores.com"

Una visión global

Hechas estas reflexiones, es el momento de saber cómo afrontar la subida del IVA de la forma más óptima posible. Para Boehm, lo primero es efectuar un completo análisis de nuestro catálogo. Esta premisa parte de la base de que son muy pocas las firmas que trabajan con una única referencia. La táctica radica en categorizar los productos con el fin de determinar en cuáles se puede aplicar incrementos y dónde resulta imposible. “Es importante comprender, por ejemplo, que la elevada elasticidad de un artículo me impedirá tocarlo, pues si lo subo el 1%, el usuario dejará de comprarlo”.

Este examen previo proporciona una visión conjunta de la actividad que impide caer en el error de tratar por igual toda la oferta. También aporta las claves para jugar con los precios de manera eficaz, siempre con la vista puesta en equilibrar la cuenta de resultados. Fraile opina que una alternativa viable consiste en compensar la bajada o mantenimiento de ciertos precios con el aumento en otros.

Se estiran los precios, se recorta el gasto. Cuanto más elástico es un producto o servicio, más variaciones sufre su consumo al modificar el precio. Es evidente, entonces, que lo aconsejable es no tocarlo al alza. Marco Antonio García-Baile, director general de la red de tintorerías 5 à Sec, pone como ejemplo los dispositivos electrónicos o los coches. “No son elementos de primera necesidad, por lo que uno puede aplazar su compra en el caso de que se encarezcan”.

En el otro lado de la balanza situamos a los ‘no elásticos’ (menos sensibles a las oscilaciones), categoría a la que pertenecen, entre otros, productos básicos como el café o el azúcar, que se adquieren de forma recurrente. La política a seguir sería la opuesta. Íntimamente vinculados a estos últimos, también tenemos referencias que se consumen con frecuencia, pero no tan imprescindibles en la vida cotidiana. Boehm menciona a los refrescos: “El consumidor comparará el precio de unos días antes y, si observa cambios, podrá prescindir de ellos”.

Al final, el emprendedor ha de conocer muy bien no sólo el producto sino también a su público. “Si hablamos de moda, el hecho de subir el 2% en ciertas prendas provocará que algunas personas consuman menos”. Y es que las variables a manejar son múltiples.
Sana (o no tanto) rivalidad en precios. Existen artículos que el público mira –y contrasta– con especial detenimiento, debido a la intensa competencia. Boehm retoma el ejemplo de los refrescos: “Si uno de los gigantes que aquí opera incrementa el precio, es probable que sus rivales aprovechen para ganarse el favor de los consumidores”. De ahí que haya que extremar las precauciones.

A vueltas con los márgenes. García-Baile es claro. “En el caso de no repercutir la subida en el precio, la empresa se queda sin un 2% de ebitda”. Ésta es la consecuencia más inmediata. “Y aquellos que tengan la oportunidad, pondrán todos los medios para evitar la pérdida de ese beneficio”. En esta misma línea se manifiesta Juan José Muñoz, director general de la cadena de belleza Nails 4’Us. “La no subida de unos pocos céntimos parece insignificante, pero, al multiplicarla por el total de unidades vendidas, la cuenta de resultados muta por completo”.

No sólo se vive de precios. En ciertos productos, el precio no es el elemento que decide la compra. El usuario se fija en otros aspectos como la marca, la innovación o la calidad. De poseer un objeto o servicio así, podéis maniobrar con más libertad para encarecer la oferta, sin dañar al consumo.

Y si eres líder, asume el IVA
El emprendedor ha de detenerse un instante y meditar sobre la posición que ocupa en el sector. En caso de ostentar el liderazgo, Ferrer opina que lo conveniente es soportar el aumento impositivo. Con esto se lanza al mercado un mensaje de confianza y marca el camino al resto, al margen de exhibir fortaleza ante los competidores. “Asimismo, y como líder, siempre podrá acometer un hipotético programa de incrementos en otra ocasión”.

Fuente: "Emprendedores.com"

El efecto euro, pero en 2010.

Con la entrada de la moneda europea única, asistimos a un redondeo de los precios que implicó, en términos globales, un encarecimiento del mercado. Ahora es probable que asistamos a un segundo episodio de esta naturaleza, pero a menor escala. Eladi Ferrer señala que, en determinados casos, los aumentos quedarán camuflados “bajo estrategias de redondeo de precios al alza”. Y más en concreto señala a los artículos de valor absoluto más bajo. Si hablamos de un café que cuesta 1,40 euros, es más factible que se cobre a 1,45 antes que a 1,42. Ahora bien, esto es un arma de doble filo. “Puede ocurrir que no todo el mundo se sume a esta corriente; entonces, los que sí lo hayan hecho se quedarán en una posición frágil frente a los consumidores”.

Según Juan José Muñoz, el fenómeno sólo se dará en aquellas referencias donde la compañía eleve más el precio que la propia subida impo-sitiva, “en contraprestación a otros productos que no tocará”. En su caso, han optado por algo intermedio. Sólo modificarán el precio en el servicio de uñas de gel (“el más emblemático”), desde 42,5 a 43 euros, no a los 43,35 que supondría aplicar el 2%. “Elegimos un precio comercial que conlleva repartir el incremento entre empresa y comprador”, apunta.

En línea con esta última táctica, Boehm aboga por jugar con los precios comerciales, pero sin recurrir al redondeo. Cojamos un artículo que cuesta 1,8 euros. Quizás lo inteligente sea subirlo, no a 1,83, sino a un más atractivo 1,99. El objetivo, en definitiva, es moldear los números en nuestro beneficio.

¿Y qué ocurre con artículos más caros? El razonamiento cambia, como explica Ferrer. “En una televisión de plasma que se vende a 595 euros, el radio de acción se reduce, ya que la barrera psicológica para el consumidor se sitúa por debajo de los 600 euros”. En este sentido, negociar con cualquier cifra superior nos resultará muy complicado.

Fuente: "Emprendedores.com"


José Manuel Pomares
www.temporaconsultores.com


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